Biografía de Séneca
Séneca (Córdoba, 4 – Roma, 65), el filósofo estoico hispano, dramaturgo de profesión y consejero de Nerón, es junto con Marco Aurelio y Epicteto, uno de los tres filósofos estoicos más destacables de todos los tiempos.
De buena familia, su padre, conocido como Séneca el Viejo, era un erudito escritor rico que se preocupaba de la educación de su hijo, para ello, eligió a Atalo el estoico, como su tutor y educador, un hombre que destacaba por su gran elocuencia. Séneca hijo, mostró desde el principio un interés feroz por las clases y especialmente por la filosofía. Lo que le llevó a su máxima motivación fue el hecho de que levantarse cada mañana era una oportunidad para poder adquirir algo bueno y nuevo cada día. El objetivo: volver a casa como un hombre más sabio y sano.
Además de otorgarle a un tutor, su padre también pagó para capacitar a su hijo en el mundo de la política. Seneca siguió pues su carrera en política y se convirtió en un empleado financiero de alto rango. Durante este período también escribió tragedias, así como su Consolación a Marcia, una de sus obras más destacadas.
(Esta parece ser la foto que más se ajusta a la morfología del filósofo Séneca)
Séneca, una vida llena de altibajos
A temprana edad, se estima que por la ventena, una afección pulmonar le llevó a Egipto con el fin de recuperarse de esta enfermedad. Allí pasó aproximadamente 10 años, años en los que a pesar de su enfermedad no dejó de leer, escribir y cultivar su cuerpo.
Con 35 años, regresa a Roma, con los reinados terroríficos de Tiberio y Calígula. 10 años después, a sus 45 años, es exiliado a la isla de Córcega por el emperador Claudio. El motivo de la exiliación fue un supuesto adulterio con Julia Livilla, la hermana de Calígula.
Agripina, esposa de Claudio y madre de Nerón, el que por aquel entonces todavía no era emperador, le retiró el exilio para que fuera asesor y tutor de su hijo Nerón.
Con 53 años, y de vivir una vida totalmente desapercibido, Séneca pasa a encontrarse en el centro de la corte imperial romana. Su tarea como asesor y tutor de Nerón tuvo poca influencia en el emperador. Años más tarde se corroboraría el motivo, y es que éste sufría trastornos mentales.
Su interés por la política residía en que, al contrario que los epicúreos, los estoicos la sentían como deber y como deber que era debían pasar a la acción.
Séneca termina suicidándose en el año 65 d.C. por órdenes de Nerón. El emperador decide que mantenerlo vivo es un peligro a raíz de pensar que éste formaba parte de un complot que le quitaría el trono. Séneca acató con integridad esta orden y sus fortunas fueron a las arcas del Imperio Romano.
Pintura al óleo de Manuel Domínguez Sánchez – El suicidio de Séneca
Se le acusa, aún a día de hoy de ser un hipócrita. Todo esto fundado por las riquezas que se sabe que poseía.
[Como paréntesis, animo a reflexionar sobre cuántos ricos en la actualidad crees que se rijen bajo los principios de la virtud.]
Sus obras más destacadas
Séneca destaca por redactar sus ideas de forma concisa y clara. Una curiosidad sobre sus escritos es que la mayoría se encuentra recogido en formato de carta. El tono moral de Séneca está cargado de acentos religiosos que lo aproximan al teísmo y llevaron a pensar en la posibilidad de que fuera cristiano.
«De la brevedad de la vida«
El tema principal es la fugacidad de la vida. Séneca nos recuerda que el tiempo es un bien preciado que a menudo malgastamos en cosas sin importancia.
Su obra más destacada es “Cartas de un estoico”, escrita durante los dos años anteriores a su muerte, a su amigo Lucilio, un procurador siciliano. El propósito de Séneca era dejarle en vida una referencia a éste sobre cómo ser un estoico.
Esta completísima obra narra en 124 cartas, multitud de ámbitos distintos de la vida. Existen numerosas traducciones de este libro. La primera conocida fue al inglés, data de 1614 y fue realizada por Thomas Lodge.
En español el libro se conoce como “Cartas a Lucilio” aunque en principio, ese no es el título original.
«Cartas de un estoico»
Algunas de sus lecciones más relevantes son:
Lo esencial para vivir
Para muchos lo esencial puede ser subjetivo, dado que cada uno tenemos nuestras preferencias y nos conformamos con una cantidad y calidad de elementos. Para Séneca, lo esencial eran cinco elementos: fortaleza mental, agua, comida, refugio y ropa.
A partir de ahí, el estoicismo de por sí, no rechaza adquirir más bienes o riquezas, parte de una base fundamental para encontrarse bien y poder tener una buena vida y a partir de ahí lo que pueda venir o no será opcional y prescindible.
En cualquier caso, la moderación y autoprivación es la clave. Vivir con excesos y repletos de comodidades solo nos hará más infelices y vulnerables, haciéndonos olvidar las cosas realmente importantes de la vida.
En cuanto a la comida, Séneca tenía una visión muy clara sobre los alimentos. Estos debían ser nutritivos, lo suficiente como para tener un buen estado de salud y no pasar hambre. Como en los bienes, tampoco deberíamos pecar de exceso en las comidas por mucho que tengamos acceso a ellas.
Con el refugio opinaba parecido pues basta con un lugar en el que poder descansar y resguardarse de las inclemencias climáticas. La decoración y demás objetos inútiles no tendrían cabida puesto que no poseen un propósito funcional. Basta con que esté bien construído, sea usable y albergue cierta comodidad.
En estos tiempos que corren, tal vez más que nunca, deshacernos del deseo irremediable de comprar compulsivamente es tarea difícil.
Séneca decía que debemos trabajar la mente para estar satisfechos con las cosas que ya tenemos. El deseo muchas veces nos impide disfrutar de lo que ya tenemos. Disfrutar de las cosas simples es un hecho clave que nos quitará frustración y posibles depresiones. Nada da más problemas que el desear algo y no poder tenerlo. Quitémonos pues ese deseo innecesario rompiendo esa espiral de insatisfacción eterna.
Séneca
“Reserva de vez en cuando unos días durante los cuales te contentarás con la comida más simple y la ropa más áspera. Luego te preguntarás: ¿Es esto lo que tanto temía?”
Vivimos con miedo a perder nuestras pertenencias como si nos fuera la vida en ello. Al fin y al cabo, ¿no son solo cosas? Séneca animaba a practicar la incomodidad voluntaria, y esta no es más que la privación voluntaria de nuestras pertenencias / lujos para saber qué se siente estar sin ellas. Luego, después de la experiencia, hemos de preguntarnos: ¿es esto a lo que tanto temía?
Cultivar una relación ficticia con la pobreza nos ayudará a mentalizarnos de que realmente podemos manejar nuestra vida sin esas cosas que tanto tememos perder, de esta manera, nos liberaríamos del miedo a perderlas.
Tienes adicción al teléfono, de acuerdo, comienza dejándolo un par de horas en un cajón. Lee, camina. ¿Qué ha pasado? Valora el tiempo que empleas y qué cosas nuevas haces sin eso que tanto temes perder de vista.
El rico, definitivamente, es aquel que tiene lleno su espíritu. Miserable serás si no cultivas tu interior aunque de lujos y bienes estés rodeado.
Cultiva tu interior
Esta es una máxima que empieza cuando naces y termina cuando mueres. Nunca es suficiente ni es una tarea que vayamos a terminar. Cual secuoya crecerá. El objetivo es ir nutriéndola a diario.
Si hiciéramos una lista de prioridades en función del tiempo, cultivar nuestro interior es una tarea que posponemos a diario, y más cuando andamos en la rueda de la monotonía diaria (casa-trabajo, trabajo-casa). Y esta no es una tarea que debe ser pospuesta ni que debamos dejar de lado.
Uno de los primeros pasos que Séneca recomendaba dar, era la tarea de reflexionar y hacer autocrítica sobre nuestros propios defectos. Conocerlos nos ayudará a trabajarlos para poder encontrarle un remedio y así quitar el problema de raíz.
El segundo paso, y tal vez el más complicado, es de saber frenar el impacto que factores externos provocan en nuestro interior. Los problemas no se irán. Cuando uno se marche, vendrá otro. La solución no es pensar seré feliz cuando pase esto o acabe lo otro… la solución vendrá de saber manejar nuestras emociones en beneficio propio independientemente de lo que “llueva” fuera.
Entre las medidas automáticas que se encarga de realizar el ser humano, hay una especialmente que aviva el odio y los complejos y es la de compararnos con los demás. Cada uno vive su vida con sus condiciones concretas y su entorno concreto. Los objetivos que nosotros nos pongamos deben ser acordes a nosotros mismos respetando el entorno y la naturaleza que tenemos. De nada servirá desear un cuerpo alto y delgado si nuestra constitución es otra.
-Ya, pero ese chico o chica, lo es.
-Muy bien. Eso es él o ella con sus condiciones y su genética específica. Olvídalo y analiza tus posibilidades. No serás Usain Bolt y eso está bien también.
Aparentar es otra lacra mundial. Presumir sobre poseer algo o tener aquello no es más que una vana forma externa de aceptación. La verdadera aceptación nace de dentro de uno mismo. No tenemos poder sobre lo que otros pueden pensar sobre nosotros. Quién sabe. Tal vez su opinión esté formada por informaciones falsas sobre nosotros o actitudes o palabras sacadas de contexto.
Salud y presente
La salud es un indiferente preferido y el cuerpo es importante puesto que es la herramienta con la que nos movemos pero de gastar más energía, debería ser en nuestra mente, pues esta con un buen ejercicio, puede mejorar nuestra calidad de vida notablemente.
El presente es lo único seguro. Vivir en el pasado nunca ha gozado de sentido. Si vale, en cambio, como información, pues de él podemos analizar errores pasados para tomar decisiones más acertadas en el momento presente, y como recuerdo de experiencias y vivencias tenidas.
Lo pasado pasado está y el futuro todavía no ha llegado, así que… ¿por qué preocuparse?
El temor impide avanzar. Anteponerse a lo que pueda venir es invertir energía en vano.
Amistad
Una parte del libro lo dedica a hablar de la amistad. En él trata de describir su significado y cómo sería la relación ideal. Esta relación, bien entendida, no tenía por qué ser con otra persona. Primero de todo, debíamos ser nuestros propios amigos y partiendo de esa base ya sí podríamos ser amigos de los demás, nunca al revés.
Para tener una buena relación de amistad con otra persona, debemos asimilar que nadie es mejor que nadie por el lugar en la sociedad que ocupemos o nuestras circunstancias actuales. Todos somos iguales. De hecho, si segmentamos o marginamos por posición social, estaríamos siendo injustos. Séneca nos recordaba que esto era una variable pues el rico podría empobrecerse y el pobre podría enriquecerse. Un vivo ejemplo sería el de Epicteto puesto que pasó de ser esclavo a impartir clases de filosofía como maestro. Una persona sería conceptualmente mejor que otra cuanto más enriqueciera su yo interior.
Un aspecto interesante que Séneca describe en el libro es el del peligro de las multitudes. Los estoicos afirman que el ser humano es social por naturaleza pero deberíamos mostrar cautela con la influencia que ejercen sobre nosotros las multitudes puesto que pueden llevarnos a perder el control de nosotros mismos.
Sin entender mal este concepto, aclarar que Séneca no estaba a favor de que nos aislemos, pero si alertaba en tener cuidado con involucrarnos demasiado en el pensamiento grupal. Al final, absorbemos ideologías y conceptos de aquello que nos rodea y esa presión social puede llegar a desvirtualizar nuestros pensamientos base.
(Pintura de Peter Paul Rubens (1577–1640): The Dying Seneca)
Nuestros juicios al final serán los que importan de verdad. Vivir con virtud e integridad es la batalla que debemos afrontar a diario.
La calidad frente a la cantidad. No existe energía suficiente como para cultivar fructíferamente miles o cientos de amistades, por mucho que creamos que conocemos a alguien. Para considerar a alguien amigo debemos compartir tiempo con él y conocerlo de manera profunda, hecho que lleva mucho tiempo y energía.
Otro factor fundamental en la amistad es valorar si esa persona es buena o mala influencia. El objetivo de una amistad es rodearnos de personas que nos inspiren y nos ayuden a mejorar y crecer como individuos. Estar con personas con mentalidades derrotistas y pesimistas solo nos perjudicará, debemos tener cuidado entonces y mantener una mayor distancia.
Con el tiempo, las relaciones se desgastan y lo que antes considerábamos útil puede que ya no lo sea tanto. Si valoramos una amistad por su utilidad, puede que se acabe desmoronando con el tiempo.
Una vez hechas estas reflexiones y dado con una persona que sea de buena influencia y que la conexión vaya más allá de la utilidad, Séneca decía que era el momento entonces de confiar absolutamente en nuestro nuevo amigo. Confianza llama a confianza y lealtad llama a lealtad. Sospechar y desconfiar solo llamará a esto mismo logrando una profecía autocumplida.
Una vez la confianza y la lealtad se han asentado ya deberíamos poder compartir todo lo que quisiéramos con esa persona. Sin miedo. Con determinación. Contar hasta lo que solo sabemos nosotros mismos.
Como final, ante la pérdida de la amistad, Séneca insta a recordar los buenos momentos que esa unión nos trajo. Las pérdidas conllevan dolor y sufrimiento pero no debemos recrearnos en estas emociones. La vida continúa y ella nos traerá una nueva amistad y un nuevo amor. Cierto será que no será lo mismo pero nosotros tampoco lo seremos. Por ello, la importancia de continuar aprendiendo del pasado pero con la cabeza en el presente.
Ejercicios prácticos de Séneca
Vivir para los estoicos era un arte. Cada día era un nuevo comienzo y cada adversidad una oportunidad de aprendizaje. Llegar a practicar las virtudes estoicas es un arduo camino de madurez mental que solo se consigue con práctica y constancia. El objetivo, ser nuestra mejor versión a cada día que pasa.
Encuentra tu ancla
Séneca le daba una gran importancia a elegir modelos a seguir que nos proporcionaran un estándar para conseguir vivir una buena vida.
El personaje que elijamos debe servirnos para elegir nuestros férreos valores y principios. Valores y principios que nos ayuden a superar las peores circunstancias posibles que nos puede interponer la vida y que nos sirvan como referencia para mejorar cada día.
Séneca
“Elija a alguien cuya forma de vida, así como las palabras, y cuya misma cara que refleja el personaje que se esconde detrás de él, haya ganado su aprobación. Siempre se lo señala a usted mismo como su tutor o como su modelo. Hay una necesidad, en mi opinión, de alguien como un estándar contra el cual nuestros personajes puedan medirse. Sin una regla que lo haga en su contra, no se enderezará”
Nunca seas esclavo de tu riqueza
Esta lección destaca venida de él puesto que fue una persona que nadó en la abundancia durante toda su vida. Nació en una buena familia y de adulto acumuló una gran fortuna.
A pesar de esto, Séneca nunca dependía de ella. Sabía si debía utilizarla o no y no le esclavizaba la idea de tener dinero.
Consiguiendo que la riqueza no lo dominara se convertía en su dueño, no en su esclavo.
Séneca
“Porque el hombre sabio no se considera indigno de ningún regalo de las manos de Fortune: no ama la riqueza, pero preferiría tenerla; él no admite en su corazón sino en su hogar; y qué riqueza es suya, no la rechaza sino que la guarda, deseando que le brinde un mayor alcance para practicar su virtud”
Lucha contra tu ego
Séneca entendió bien cómo nuestro ego puede impedirnos aprender y progresar.
En la actualidad multitud de problemas mentales vienen derivados de necesitar la aprobación de los demás. Nos acostumbramos a escuchar solo lo que nos gusta y no permitimos otras clases de palabras que no sean elogios. Rodearse de gente crítica nos ayudará a no alimentar nuestro ego desmedidamente y a tener dosis justas de realidad.
Séneca en “Cartas de un estoico” dijo:
Séneca
“El principal obstáculo es que somos rápidos para estar satisfechos con nosotros mismos. Si encontramos a alguien que nos llame hombres buenos, cautelosos y de principios, lo reconocemos. No nos contentamos con un elogio moderado, pero aceptamos como nos corresponde cualquier adulación que se nos haya acumulado descaradamente. Estamos de acuerdo con aquellos que nos llaman mejores y más sabios, aunque sabemos que a menudo dicen muchas falsedades: nos entregamos tanto que queremos ser alabados por una virtud que es lo contrario de nuestro comportamiento. Un hombre se escucha a sí mismo llamado «el más misericordioso» mientras inflige tortura … Por lo tanto, se deduce que no queremos cambiar porque creemos que ya somos excelentes”
Frases estoicas de Séneca
Es difícil hacer una selección de la larga lista de reflexiones a las que llegó Séneca. Aquí una selección de sus 15, a mi parecer, mejores frases estoicas:
“Piense en las dificultades: las condiciones duras se pueden suavizar, las restringidas se pueden ampliar y las pesadas pueden pesar menos en quienes saben cómo soportarlas”
«Deje que toda su actividad se dirija a algún objeto, deje que tenga un final a la vista».
«A menudo, un hombre muy viejo no tiene otra prueba de su larga vida que su edad».
«Decimos que nada le sucede al hombre sabio en contra de sus expectativas».
«Créame, es mejor comprender el balance de la propia vida que del comercio de maíz».
«No se nos da una vida corta, pero la acortamos, y no estamos mal abastecidos sino que lo desperdiciamos».
“Hasta que hayamos comenzado a ir sin ellos, no nos damos cuenta de lo innecesarias que son muchas cosas. Los hemos estado usando no porque los necesitáramos sino porque los teníamos «.
«Si realmente quieres escapar de las cosas que te acosan, lo que necesitas no es estar en un lugar diferente sino ser una persona diferente».
«No es el hombre que tiene muy poco que es pobre, sino el que anhela más».
«Feliz el hombre que mejora a otras personas no solo cuando está en su presencia sino incluso cuando está en sus pensamientos«
«Para el único puerto seguro en el lanzamiento de esta vida, el mar turbulento es negarse a preocuparse por lo que traerá el futuro y mantenerse listo y confiado, cuadrando el pecho para tomar sin merodear o estremecerse con lo que la fortuna nos arroje».
“Las gachas de cebada, o una corteza de pan de cebada, y el agua no hacen una dieta muy alegre, pero nada le da más placer que tener la capacidad de obtener placer incluso de eso, y la sensación de haber llegado a algo que uno no puede ser privado de cualquier golpe injusto de fortuna «.
“Me he retirado de los asuntos, así como de la sociedad, y de mis propios asuntos en particular: estoy actuando en nombre de las generaciones posteriores. Estoy escribiendo algunas cosas que pueden ser útiles para ellos «.
“El hombre sabio, dijo, no carecía de nada, pero necesitaba una gran cantidad de cosas, mientras que el tonto, por otro lado, no necesita nada (porque no sabe cómo usar nada) pero le falta todo. El hombre sabio necesita manos y ojos y una gran cantidad de cosas que se requieren para los propósitos de la vida diaria; pero no le falta nada, porque carecer de algo implica que es una necesidad y nada, para el sabio, es una necesidad «.
“Suponiendo que digan que son felices, ¿sus propias opiniones en este sentido los harán felices? No hace ninguna diferencia lo que dice un hombre; lo que importa es cómo se siente, y no cómo se siente en un día en particular, sino cómo se siente en todo momento … Solo el hombre sabio está contento con lo que es suyo. Toda necedad sufre la carga de la insatisfacción consigo mismo «.
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Séneca un hombre formado para el servicio del Cesar se conforma con la ilusión de cualquiera volver con mejor salud y más sabio. La política como deber, eso solo lo veo en el Alcalde de mi pueblo que sin cobrar ejerce ocupa cantidad de tiempo todos los días para mejorar los problemas del pueblo y personas del pueblo con el único beneficio de que algunos del pueblo se sientan perjudicados y problemas por querer hacer bien las cosas, está jubilado y está orgulloso de poder ayudar un tiempo trabaje para el cuando era estudiante y sigue siendo como entonces justo y sin intereses raros, hablar bien de un político no es lo normal y me ha encantado hacerlo con la filosofía que nos da Séneca política como deber. En sus cartas me da la sensación de el cuento de Navidad el avaro y ruin seguramente solo sea una sensación mía. Buscar la satisfacción en lo que se tiene es propio y la forma de crecer en el trabajo sea el que sea disfrutar haciéndolo y cuidar lo que tenemos, pues aprecias sintiéndote orgulloso de lo que tienes ese coche que va fenomenal y la casa en que vivimos que es coqueta y ahora mia
Gran comentario, Ángel. Cierto lo que dices con respecto a la política. Difícil en sí, ver ejemplos con cargos que tengan mayor representación. En cuanto a las posesiones, orgulloso el que las gane con trabajo y sacrificio, valorando lo que uno tiene, eso siempre.
Muchas gracias!