Ayuno intermitente:

de imposición natural a extravagancia

Una premisa tan simple, sin costo, de fácil implementación y efectiva para aliviar numerosos problemas no parece fácil de imaginar a bote pronto pero concentrar las comidas y dejar un mayor espacio para el reposo, es una herramienta eficaz para revertir el avance de enfermedades de todo tipo; desde enfermedades metabólicas como la diabetes tipo II hasta patologías como la epilepsia o enfermedades neurodegenerativas, autoinmunes, intestinales, cáncer…

No obstante, el ayuno no vende. No goza de buena fama ni de buena prensa. Y es que corren tiempos difíciles para las autoprivaciones y muchas personas dan la espalda a todo aquello que requiera una incomodidad.

NOTA IMPORTANTE DE SALUD ESTOICA:

Este artículo pretende ser una guía orientativa de lo que es el Ayuno Intermitente y cómo afecta al organismo. En NINGÚN caso, es un modelo de referencia a seguir para todas las personas. Hablamos en términos generales. Cada caso ha de verse por un profesional especializado en la materia, ESPECIALMENTE si sufres alguna enfermedad o patología.

La verdad incómoda

La mayoría de personas prefieren leer un artículo en el suplemento del periódico del domingo que tacha de peligroso y extremo el ayuno de unas horas y que promueve que lo ideal es hacer 5 comidas diarias. Es cómodo aceptarlo dado que es lo que llevan haciendo toda la vida. Con frecuencia el ayuno es criticado, pero siempre sin argumentos sólidos y sin evidencia científica, aludiendo que puede ser perjudicial o que puede ralentizar el metabolismo y provocar que ganemos grasa. Afirmaciones en las que encontramos con un desconocimiento preocupante de la historia evolutiva del ser humano y de su fisiología.

 

Cabe recordar que el ser humano, al igual que todos los animales, nunca ha podido alimentarse con frecuencia a lo largo de la historia, mucho menos, 5 veces al día. No es necesario remontarnos al paleolítico, tan solo unas décadas atrás, donde vemos como guerras, pobreza, plagas, pandemias y demás contingencias han sido una constante en nuestra historia que han limitado la disponibilidad de alimentos. El hecho de contar con acceso ilimitado a alimentos ha empeorado nuestra salud y calidad de vida, ya que aunque vivamos más años que nuestros antepasados, lo hacemos enfermos una buena parte de los mismos, y cada vez desde edades más tempranas.

Las sociedades tradicionales post-agrícolas incorporaban periodos de privación voluntaria de alimentos, ya fuese con fines religiosos o espirituales. Sabemos que entre los estoicos también se llamaba a la práctica de ayunos con el fin de reforzar el autocontrol y alcanzar la virtud. Para Sócrates el hambre era el mejor aderezo de una comida. El del Ramadán entre los musulmanes, es el ejemplo más cercano que tenemos hoy en día de la práctica de un ayuno intermitente. De hecho, esta práctica tan masificada, ha sido objeto de múltiples estudios destinados a arrojar luz sobre el impacto del ayuno en nuestro organismo.

¿Cómo se comporta nuestro cuerpo cuando ayunamos?

Un cambio de paradigma metabólico tiene lugar cuando privamos a nuestro organismo de alimento

Tras unas 12 horas sin ingerir alimento, las reservas de glucógeno hepático se acaban, por lo que surge la necesidad de producir nuestra propia glucosa endógena, y lo más importante, movilizamos grasas desde nuestro tejido adiposo a la sangre para que estas sean utilizadas en las mitocondrias para producir energía. La grasa pasa a ser el combustible de uso preferente y este hecho es el deseo de muchos. En cambio, con la recomendación actual de comer 5 veces al día, pocas veces pasa, por no mencionar la calidad de todas y cada una de las veces que se come. Hay que entender pues, que nuestro organismo cuenta con mecanismos para mantener la homeostasis energética, de manera que durante un ayuno convencional, 16-48h, generalmente no nos va a faltar energía. Siempre es importante ver el caso concreto. El aporte de glucosa también está garantizado, ya que en hígado, y riñones en menor medida, sucede el proceso de gluconeogénesis, mediante el cual se sintetizan moléculas de glucosa a partir del esqueleto carbonado de otras moléculas como aminoácidos y glicerol.

Cetogénesis

Un evento importante que sucede también en el hígado es la cetogénesis. Los ácidos grasos son transformados en cuerpos cetónicos, unas moléculas que aportan energía al cerebro, disminuyendo sus requerimientos de glucosa, y a otros tejidos como el músculo y el corazón. Pero no solo van a aportar energía, los cuerpos cetónicos, como el β-hidroxi-butirato, juegan un papel importante en la señalización celular, poniendo en marcha rutas moleculares que van a llevar a la expresión de genes que normalmente se encuentran silentes. La disminución de la inflamación es uno de los efectos que más se ha documentado con la práctica del ayuno, y puede estar mediada por los cuerpos cetónicos. Estas moléculas tendrían potencial terapéutico por su efecto neuroprotector al reducir el estrés oxidativo en el cerebro. Una de las aplicaciones más prometedoras de estos compuestos es en la lucha contra el cáncer, y es que su uso como terapia coadyuvante se ha visto que mejora los síntomas de la enfermedad así como la eficacia del tratamiento convencional. La clave puede estar en la autofagia.

Séneca

“Reserva de vez en cuando unos días durante los cuales
te contentarás con la comida más simple y la ropa más áspera.
Luego te preguntarás: ¿Es esto lo que tanto temía?”

Autofagia

Durante la privación de alimento tiene lugar un fenómeno de reciclaje celular. Los componentes defectuosos o envejecidos van a ser compartimentalizados en orgánulos específicos con enzimas que los van a descomponer en sus elementos constituyentes. El objetivo es ahorrar energía en producir nuevos componentes reciclando los ya existentes para la formación de otras estructuras o la obtención de energía. La ausencia de autofagia llevaría a la acumulación de proteínas y otros componentes aberrantes que provocarían daños en la célula y podrían provocar cáncer. De forma interesante, se ha observado como el estrés que produce el ayuno sobre las células afecta de manera diferente a células sanas y a células tumorales. Mientras que las células sanas no perecen ante el ayuno y activan vía metabólicas para hacer frente a la falta de energía, las células cancerosas no se adaptan bien a este tipo de estrés y se vuelven más vulnerables al tratamiento quimiotóxico. Este hecho se conoce como resistencia diferencial a estrés. La biogénesis y salud mitocondrial mejora como consecuencia de la respuesta adaptativa al estrés en las células sanas, por lo que es posible que el ayuno también favorezca por esta vía, junto con un aumento de la oxidación de ácidos grasos, la flexibilidad metabólica. 

Musonio rufo

“La salud de muchos, debilitada por el exceso de lujo y comodidad, se fortalece con el exilio, al forzarles este
a llevar una vida más sencilla y vigorosa”

Sistema inmune

Otro efecto a destacar durante el ayuno son los cambios en el sistema inmune. Lejos de deprimirse, el sistema inmune parece verse potenciado por el ayuno. Y es que un comportamiento innato de cualquier animal es dejar de comer cuando atraviesa por una enfermedad. El aumento de la oxidación de ácidos grasos activa rutas moleculares que promueven la actividad de las células madre hematopoyéticas, las cuales son las precursoras de nuevas células inmunitarias. Este efecto también se ha comprobado en células madre del intestino. Estudios durante el Ramadán no han encontrado mayor susceptibilidad a enfermar durante el mes de ayuno.

Hay quienes pese a todo, señalan a la restricción calórica como la principal responsable de los posibles efectos benefactores del ayuno. Sin embargo, esto ha sido desmentido en estudios que revelan beneficios del ayuno independientemente del aporte de energía. Dado que el ayuno promueve cambios muy profundos a nivel celular mediante la señalización efectuada por los cuerpos cetónicos, sus efectos no se pueden explicar en términos de reducción de calorías. Rutas de señalización como mTOR y AKt/PKB son bloqueadas y otras como PPARa, AMPK y Sirtulinas son activadas, se promueve la lipólisis, autofagia, reparación del ADN, proliferación de células madre adultas, modificaciones epigenéticas, cambios favorables en la microbiota intestinal etc. Además, un tiempo de alimentación restringido puede favorecer un mejor perfil metabólico como se ha visto, mediante una sincronización de nuestros ritmos circadianos. Ajustar nuestra ingesta de alimentos a una ventana de 8 horas y ayunar durante otras 16, al contrario de lo que es común en las sociedades modernas, permitirá un mejor ajuste de nuestros relojes biológicos internos. Muchos de estos efectos beneficiosos no se lograrían con una restricción calórica convencional.

Estoicismo y ayuno intermitente

¿Qué podemos extraer de las enseñanzas estoicas?

Sabemos que los estoicos abogaban por la autoprivación como medio para fortalecer el carácter. Epicteto llamaba a exponerse a dificultades e incomodidades con el fin de desarrollarnos como individuos:

Epicteto

“Ni un toro ni un hombre noble de espíritu llega a ser lo que es de una vez; debe emprender un duro entrenamiento invernal, y prepararse, y no lanzarse precipitadamente a lo que no es apropiado para él”

No dejarnos arrastrar por el hedonismo y poder tomar decisiones desde el autocontrol, nos hace libres. Este autocontrol puede extrapolarse a otros ámbitos y situaciones de nuestro día a día y nos ayudará sin duda en nuestro camino de llevar una buena vida. Además, practicar la privación de placeres de manera voluntaria y ocasional nos llevaría a valorar más lo que ya tenemos, así como a sobrellevar mejor las dificultades futuras. El ayuno servirá pues, no solo para mejorar nuestro estado de salud como hemos visto, sino también como una forma de entrenar el autocontrol para no dejarnos guiar siempre por el placer.

Preguntas para combatirlo

Crear un espacio de unos minutos para analizar cuánto comemos y  por qué comemos puede ser un buen punto de partida. Para ello hazte las preguntas:

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¿Tengo hambre?

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¿Como solamente porque es la hora establecida para comer?

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¿como por necesidad o por ansiedad?

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¿podría concentrar las comidas y así tener más tiempo?

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¿las cantidades que como se ajustan al gasto energético que tengo?

Referencias

Para profundizar más sobre el ayuno intermitente:

-Anson et al. (2003)Intermittent fasting dissociates beneficial effects of dietary restriction on glucose metabolism and neuronal resistance to injury from calorie intake. PNAS 10: 6216–6220

-Antunes F., Garcia Erustes A., Costa A., Nascimento A.,Bincoletto C., Ureshino R., Silva Pereira G., Smaili S. (2018)Autophagy and intermittent fasting: the connection for cancer therapy? CLINICS 73:e814s

-Cheng C. et al. (2014) Prolonged Fasting Reduces IGF-1/PKA to Promote Hematopoietic-Stem-Cell-Based Regeneration and Reverse Immunosuppression. Cell Stem Cell 14: 810-823

– Gray A. , Dang B., Moore T., Clemens R. and Pressman P.(2020) A review of nutrition and dietary interventions in oncology SAGE Open Medicine Volume 8: 1–16

-Javanmard S. & Otro Z. (2020) Ramadan Fasting and Risk of Covid-19. Int J Prev Med. 11: 60.

-Lee C. , Longo V. (2016) Dietary restriction with and without caloric restriction for healthy aging. F1000Research 5(F1000 Faculty Rev):117

-Longo V. and Panda S. (2016) Fasting, Circadian Rhythms, and Time-Restricted Feeding in Healthy Lifespan Cell Metabolism 23: 1048-1059

-Longo V. and Mattson M. (2014) Fasting: Molecular Mechanisms and Clinical Applications. Cell Metabolism 19: 181-192

-Mihaylova M., Cheng C. (2018) Fasting activates Fatty Acid Oxidation to enhance intestinal stem cell function during homeostasis and aging. Cell Stem Cell 22: 769–778.e4. doi:10.1016/j.stem.2018.04.001

-Moro T. , Tinsley G. , Bianco A., Marcolin G. et al. (2016) Effects of eight weeks of timerestricted feeding (16/8) on basal metabolism, maximal strength, body composition, inflammation, and cardiovascular risk factors in resistancetrained males Transl Med 14:290 DOI 10.1186/s12967-016-1044-0

-Patterson R. and Sears D.(2017) Metabolic Effects of Intermittent Fasting Annu. Rev. Nutr. 37:371–93

-Puchalska P. and Crawford P. (2017) Multi-dimensional roles of ketone bodies in fuel metabolism, signaling, and therapeutics. Cell Metab. 25: 262–284. doi:10.1016/j.cmet.2016.12.022.

Iago Pastor

Iago Pastor

Biólogo y Chef

Soy Biólogo y estudiante autodidacta de nutrición entre otras cosas.

Tengo por pasiones la cocina y el mundo de los hierros.

Desde hace años, aunque sin ser consciente de ello, practico la filosofía estoica. Y es que problemas de salud y otros de diversa índole me llevaron a recorrer un camino hacia el desarrollo de hábitos, el aprendizaje y el autoconocimiento.

Puedes encontrarme en Instagram como @iagopastor, donde disfruto divulgando sobre nutrición y salud.

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