Céntrate en lo que puedes controlar

Si realmente comprendes la diferencia entre lo que está y lo que no está bajo tu control, y actúas acorde, ahí encontrarás la fortaleza mental necesaria para ser inmune a los vaivenes de la vida.

Gastar energía en aquello que no podemos controlar, no es práctico y menos nos va a acabar llevando a ningún sitio. De ahí de poner el foco en lo que verdaderamente podemos cambiar.

En un partido de fútbol, al chutar un balón, un viento fuerte puede desviarnos la trayectoria e impedirnos que el balón entre en la portería. No podemos controlar el tiempo. En cambio, entrenar y dar lo mejor de nosotros mismos en ese partido, si está en nuestra mano.

Como siempre, como muchas cosas en la vida, la teoría siempre es más fácil que la práctica pero de nosotros depende intentarlo para poder llegar a conseguirlo, o al menos, estar lo más cerca posible.

-Reinhold Niebuhr

Dios, concédeme la serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar, valor para cambiar las cosas que puedo cambiar y sabiduría para reconocer la diferencia

La adversidad como regalo

¿Cómo lidiar con eso que nos pasa a todos y que está a la vuelta de la esquina?
Para el estoicismo, cualquier persona es capaz de soportar su propio destino y valerse por si misma. ¿Cuántas veces habremos escuchado: “Pobre Señor X, le ha dejado la mujer”, “pobre señora Y, le han echado del trabajo”

Somos expertos en huir del sufrimiento propio y ajeno y esto nos hace ser una sociedad zombie, sonámbula. Una sociedad medicada que teme a la reflexión. Llevamos vidas sin sentido y los vacíos que tenemos dentro los buscamos fuera. Una televisión nueva jamás podrá parchear una frustración. La sociedad se encarga de decirnos que busquemos la solución fuera, cuando la solución está dentro.

-séneca

“La adversidad es el gimnasio espiritual donde entrenar la fortaleza y la virtud”

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La persona feliz es la que ha sabido superar la adversidad

La que ha batallado su propio Vietnam interior. Y ese Vietnam apagó sus fuegos gracias a la templanza y el coraje y no significa que esos fuegos no se vuelvan a reavivar, pero cuando vuelvan, serán afrontados con una visión mejorada, más madura y con una actitud más constructiva

“Te juzgo desdichado porque nunca has vivido en la desdicha, has pasado por la vida de puntillas sin saber cual es tu verdadera fortaleza»

Espiritualmente vivimos en cárceles de oro y mármol con todo tipo de comodidades, y cuando la adversidad asoma, el contraste es devastador. Agradecer los infortunios de la vida nos permite crecer y evolucionar.

Recuérdate: “Esto también pasará” Para lo malo pero grábalo más a fuego para lo bueno también.

Igual que ejercitamos nuestro cuerpo, afrontar las dificultades también debemos tomarlo como si de un músculo se tratara puesto que también se puede entrenar

Nos han educado con la siguiente regla de 3: “Si lo de fuera está bien, yo estoy bien. Si lo de fuera está mal, yo estoy mal” Cuando lo de fuera es incontrolable.
Lo controlable es el interior, nuestros pensamientos frente a los eventos exteriores. Ahí radica la fuerza.

 

Muchos lo llaman la clave de la felicidad. Y no les falta razón.

Gran parte de nuestras frustraciones vienen de preocuparnos por aquellos eventos que no podemos controlar.
Lo hecho, hecho está.

¿Podemos cambiarlo? No. Cambiemos entonces nuestra forma de percibirlo (Amor fati)

La práctica no es sencilla. Ocurre un evento que no podemos controlar. Generamos una emoción al respecto. Esa emoción es negativa. ¿Cómo cambio de espectro? (De negativa a positiva)

Las respuestas emocionales a los eventos externos son prácticamente inmediatas. Un truco es no aceptarlas tal y como vienen sin haberlas cuestionado antes. Démonos un tiempo para reflexionar con tranquilidad y ver si esa salida automática que generamos es la mejor de las opciones.

El objetivo no es reprimir ni suprimir, sino tranquilizar aquellas mentes que se vean alteradas por emociones negativas.

Contestémonos a las preguntas:

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¿Esta emoción es la mejor opción del abanico?

Ante una provocación, si, tal vez lo más inmediato es el enfado y/o la ira. ¿Pero esto en qué nos beneficia? Si actúo con indiferencia, ¿cómo cambiaría el escenario?

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¿Esta reacción es proporcionada?

Tener miedo es un mecanismo de defensa pero dependiendo de su proporción, nos puede perjudicar o beneficiar. Tener respeto (miedo racional) a coger un coche nos lleva a conducir con precaución por la carretera y esta práctica nos puede librar de tener un accidente. En cambio, tenerle un miedo irracional nos privaría de tener cierta independencia, de viajar, llegar antes al trabajo…

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¿Me beneficia?

Mira la emoción como si fuera un interruptor. Tener miedo sobre algo puede salvarnos pero también puede paralizarnos. Es útil a la hora de huir de un depredador pero limita, por ejemplo, a la hora de emprender.

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¿Comprendo el por qué de las actuaciones de los demás?

Cuando se trata de las acciones de otro: Empatizar.
Ponerse en el lugar de otra persona ayuda a comprender qué le ha llevado a comportarse de tal forma. Comprender como herramienta para reducir distancias
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¿Qué enseñanzas trae consigo?

No existe fracaso si hay una lección detrás. Aprender de las malas emociones, nos permite ver el lado positivo.

 

P.D: No es represión, es gestión eficaz.

Laura Dolz Martín

Laura Dolz Martín

Web Master, redactora de contenidos

El día que todo cambió fue ese en el que me dí cuenta que debía centrarme solamente en aquello que podía controlar. Pues bien, con la salud, nuestro bien más preciado, ocurre lo mismo.

El objetivo de este blog es dar a conocer la filosofía estoica para poder ponerla en práctica en nuestro día a día.

Los artículos de este blog se centran en ejercicio, nutrición y estoicismo.

Como comunidad, pretende ser una plataforma participativa, así que si te encuentras con ánimo, puedes formar parte de ella. La meta es formar mejores individuos para prosperar unidos como sociedad.

1 Comentario

  1. R

    Pienso que a veces para las personas es DIFÍCIL discernirlo que pueden y no pueden controlar y ahí radica parte del problema. Ya lo has dicho el sistema te enseña a valorar ciertas cosas cómo «la causa madre» de tu felicidad y puede llegar a confundirnos si nos dejamos embaucar por las palabras bonitas. Muchas veces me da la sensación, que para la gente en general le resulta mas fácil y menos complicado no pensar con tal de omitir directamente los problemas para no tener que hacer el esfuerzo de enfrentarse a ellos y fortalecerse. Hoy en día parece que la gente sea más pusilánime, débil mentalmente, ya no se toleran ni las bromas de humor negro ( y no es por ser racista(sí, es una puñetera broma))ni dar una opinión sin herir sensibilidades(ya que nadie se preparara para afrontarlo); es simplemente por vaguerío mental resulta más sencillo ver y vivir el mundo feliz desde la ignorancia que intentar dominar y curtir nuestro carácter.
    Ni pensar quiero que se levantase de la tumba algún estoico de verdad, mirase y dijese: -pff, vaya unos «pussies» les dices cuatro mierdas y ya se echan a llorar por nada… en mis tiempos gritabas «bomba»(y eso que no existían en la época) y te daban un collejón por gilipollas»(espero que se puedan escribir tacos en este blog, no quisiera «ofender a nadie»)sin embargo hoy en día simplemente la gente echa a correr despavorida como pollos sin cabeza y disparando tiros. » A buen entendedor/a pocas palabras bastan» .Estoicos saludicos! 😀

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