Kintsugi: La filosofía japonesa que enseña la resilencia
Kintsugi significa literalmente oro y reparación
Según cuenta la leyenda, aunque se han encontrado vestigios que datan del 10.000 A.C., en el siglo XV el Shogun “Ahikaga Yoshimasa” rompió, por accidente, su taza de té favorita. En lugar de tirarla, quiso repararla, así que decidió dejarla en manos de unos artesanos con la condición de que fuera de nuevo utilizable y digna de su cargo.
Los artesanos sellaron las fracturas con laca y polvo de oro, lo que dió un resultado más que digno para el Shogun japonés. Además de darle una digna segunda vida, la taza se revalorizó. Esas “cicatrices de oro” le daban un valor añadido extraordinario.
-Séneca
“Eres desafortunado porque no has sufrido adversidad.
Has pasado tu vida sin un oponente, y nadie sabrá de lo que eres capaz, ni siquiera tú.”
Este método fue tan apreciado que muchos optaban por romper sus propias tazas para poder repararlas y así darles valor añadido. De esta forma, las tazas rotas eran más valoradas que las piezas originales que nunca se rompieron.
Como estas tazas, las personas también nos rompemos, pero lejos de lo que muchos suelen opinar, la adversidad te muestra quién eres en realidad. Es en los momentos complicados cuando te retas verdaderamente y sabes de lo que puedes llegar a ser capaz.
-Séneca
“Vencer sin peligro es ganar sin GLORIA”
Las etapas del Kintsugi son:
El accidente (La fractura del objeto y reunir los fragmentos)
Armado (limpieza de las piezas y ensamble previo)
La espera
Reparar
Revelar
-Epicteto
“No desarrollas valentía cuando todo va bien, sino cuando sobrevives momentos difíciles y superas la adversidad”
La lección que podemos sacar de esta técnica tan antigua es que esa perfección nace de un punto de ruptura, que esas heridas y cicatrices son parte de nosotros y que lejos de avergonzarnos, son gran parte de lo que hoy somos, aportandonos un valor añadido (más sabios, más fuertes, más resilientes).
Debemos valorar el pasado con sus errores y nunca despreciarlo pues, aunque a priori sea malo, es fuente de aprendizaje pues viene bien tenerlo en mente para saber qué no repetir y cómo actuar si éste se vuelve a dar.
Lo más importante es que después de la tormenta, vendrá la calma y saldremos fortalecidos.
Para el 90% de las cosas, que en realidad son menos de lo que pensamos, esta máxima se encaja sin dificultad…
Para los problemas graves de verdad y difíciles de superar, de esos que parece imposible verle el lado bueno, debemos tomarlo como una oportunidad para fortalecernos y demostrar quienes podemos llegar a ser.
Lo cierto es que sin contrincantes, los logros no existen. Pregúntaselo a Hércules, sino.
Ah, y a pesar de lo que muchos divulgan sin conocer, el estoicismo no es individualismo puro y duro. Nada del famoso “apáñatelas como puedas”.
Si no te encuentras lo suficientemente fuerte como para avanzar, pide ayuda.
No querer sufrir, no evita sufrimiento.
Negar el sufrimiento, no evita sufrimiento.
Vivir en la inopia, no evita sufrimiento.
Estar preparado mentalmente, si evita el sufrimiento.
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Laura Dolz Martín
Web Master, redactora de contenidos
El día que todo cambió fue ese en el que me dí cuenta que debía centrarme solamente en aquello que podía controlar. Pues bien, con la salud, nuestro bien más preciado, ocurre lo mismo.
El objetivo de este blog es dar a conocer la filosofía estoica para poder ponerla en práctica en nuestro día a día.
Los artículos de este blog se centran en ejercicio, nutrición y estoicismo.
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